El estrés y la ansiedad son respuestas emocionales muy frecuentes en el ser humano. El estrés se produce ante una amenaza externa y suele resolverse una vez ésta desaparece, mientras que la ansiedad es una preocupación excesiva que permanece incluso si el factor estresante es eliminado. Ambas situaciones pueden tener efectos negativos sobre nuestro bienestar mental y físico afectando al sistema musculoesquelético, cardiovascular, endocrino y gastrointestinal, entre otros. Ciertos factores individuales incrementan la predisposición a desarrollar este tipo de respuestas, de modo que si se detecta algún tipo de susceptibilidad pueden plantearse estrategias para una mejor gestión emocional.
