Otro de los macronutrientes candidato a ser controlado para reducir el aporte energético y obtener una pérdida de peso, son las grasas. Este grupo de moléculas son las que más energía aportan a nuestro organismo y por tanto sería lógico reducir este tipo de fuente energética en primer lugar. Sin embargo, al igual que pasa con los carbohidratos, no todo el mundo responde con la misma intensidad a esta estrategia debido a la presencia de determinadas variantes genéticas capaces de modificar la eficiencia de nuestro metabolismo al gestionar este tipo de moléculas. Además, debemos asegurar un mínimo de grasas ya que son necesarias para crear hormonas y diferentes estructuras en nuestro organismo.
