El hueso es un tejido muy dinámico, ya que continuamente se genera tejido óseo nuevo y se produce un desgaste del tejido ya existente. La osteoporosis consiste en la pérdida de tejido óseo producida por un aumento de la reabsorción ósea, o una disminución en la formación del hueso, aunque también pueden darse ambas situaciones. Este desequilibrio entre la formación y la reabsorción causa una disminución de la densidad del hueso, debilitándolo y haciéndolo más susceptible a fracturas, ya sea por traumatismos o por carga. Aunque la densidad mineral ósea tiene una alta heredabilidad, los factores externos tienen un gran impacto en la salud ósea presente y futura.
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