La actividad celular, la metabolización de tóxicos e incluso la respuesta inmunitaria ante las infecciones son fuentes de radicales libres. Para hacer frente a la presencia de estos compuestos y evitar el estrés oxidativo nuestro cuerpo dispone de mecanismos antioxidantes para neutralizarlos. La superóxido dismutasa, la catalasa, y la glutatión peroxidasa son enzimas que actúan en el interior y el exterior de las células, transformando los radicales libres en sustancias poco nocivas. Su eficiencia viene determinada en parte por factores genéticos y la disponibilidad de nutrientes necesarios para su actividad, como el selenio.
