La inflamación es una función vital que interviene en la curación de heridas, la protección contra infecciones y la reparación de daños causados por la luz UV. Aún así, la inflamación crónica es también uno de los factores más importantes en el proceso de envejecimiento de la piel, produciendo la degradación de la matriz de fibras de colágeno y elastina. Formada por un conjunto extremadamente complejo de procesos, mediados en gran parte por unas proteínas llamadas citoquinas, esta respuesta inflamatoria es variable en función de algunas diferencias genéticas individuales. Una respuesta inflamatoria excesiva puede tener consecuencias tales como el envejecimiento acelerado de la piel.
