La luz solar y la que emiten las pantallas incide en fotorreceptores de la retina, indicando al sistema nervioso que se trata de luz diurna y sincronizando el ritmo biológico interno mediante la producción de melatonina. Esta hormona es clave en el metabolismo basal, ya que modula la secreción de otras hormonas que regulan el apetito, cómo la leptina, e interviene en el metabolismo de la glucosa y la resistencia a la insulina. Desequilibrios en las rutinas de sueño y descanso, una menor exposición a la luz natural y una mayor a las pantallas de dispositivos, alteran los patrones de secreción de melatonina, aumentando el riesgo de trastornos metabólicos y obesidad.
